Queridos lectores,
Hoy, 26 de octubre de 2025, el continente sudamericano vibra con dos eventos electorales clave que marcan el pulso de la política regional: las legislativas de medio término en Argentina, donde Javier Milei consolida su poder con un triunfo arrollador, y las consultas internas del Pacto Histórico en Colombia, que coronan a Iván Cepeda como el aspirante presidencial de la izquierda petrista —aunque no sin controversias que lo ponen en el ojo del huracán. Pero no todo es euforia en el hemisferio: mientras estos procesos avanzan, el presidente colombiano Gustavo Petro enfrenta un torbellino de escándalos. Su inclusión en la "Lista Clinton" junto a familiares, la revelación de su separación de largo data con Verónica Alcocer —quien ha ejercido como Primera Dama con un derroche de fondos públicos—, y ahora sus quejas públicas contra los bancos locales por bloquearle cuentas pese a un crédito hipotecario que paga religiosamente, reavivan debates sobre ética, poder y accountability. En esta edición, desglosamos los hechos, analizamos las implicaciones y exploramos cómo estos hilos se entrelazan en el tapiz geopolítico sudamericano.
Argentina: Milei, el león libertario ruge más fuerte
En un día soleado de domingo, los argentinos acudieron a las urnas para renovar 127 bancas de Diputados y un tercio del Senado, en unas elecciones legislativas que se perfilaban como el primer gran test para el gobierno de Javier Milei. El veredicto no pudo ser más claro: La Libertad Avanza (LLA), el partido del presidente, arrasó con más del 40% de los votos a nivel nacional, según los primeros escrutinios con el 98% de las mesas procesadas. Distritos clave como la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe cayeron en manos de LLA, consolidando la base de Milei para avanzar en su agenda de desregulación económica y recortes fiscales. Este triunfo no solo alivia la presión sobre el Ejecutivo —que ha lidiado con una inflación galopante y protestas sociales—, sino que fortalece su posición ante el Congreso, donde ahora podría sumar aliados para aprobar reformas pendientes. Analistas como los de Página/12 destacan que la participación superó el 70%, un repunte respecto a comicios previos, impulsado por la polarización entre el "mileísmo" y la oposición peronista, que se estancó en torno al 25%. ¿Implicaciones? A corto plazo, Milei gana oxígeno para su "terapia de shock" liberal; a largo, podría inspirar movimientos similares en la región, como ecos en Chile o Brasil. Pero cuidado: el descontento social late bajo la superficie, y un tropiezo económico podría revertir esta marea.

Colombia: Cepeda, el heredero de Petro, lidera una consulta bajo fuego cruzado
Al otro lado de los Andes, el Pacto Histórico —la coalición izquierdista que llevó a Petro al poder en 2022— celebró su consulta interna con un éxito rotundo para Iván Cepeda, pero envuelto en nubes de duda. Alrededor de 2,6 millones de votantes participaron en esta jornada simbólica pero crucial, que no solo elige al candidato presidencial para 2026, sino que define las listas al Senado y la Cámara de Representantes.
El gran ganador: el senador Iván Cepeda, filósofo de 63 años y figura emblemática del petrismo, quien se impuso con más del 64,7% de los sufragios en la contienda presidencial (cerca de 1,5 millones de votos), duplicando a su rival Carolina Corcho (29,54%). En las listas legislativas, nombres como Andrea Padilla y Ariel Ávila también destacaron, asegurando una bancada sólida para defender el "cambio" de Petro. La Registraduría reportó un avance fluido en general, con mesas cerrando sin incidentes mayores, y el propio Cepeda celebró en redes: "Este es el mandato del pueblo para continuar la transformación".
Sin embargo, la euforia se tiñó de controversia. Aunque la participación superó expectativas iniciales de baja afluencia, los 2,6 millones representan una caída drástica —más de la mitad— respecto a los 4,4 millones que respaldaron a Petro en la consulta interna de 2022, lo que ha dado munición a los críticos para tildar el proceso de "desinflado" y poco representativo del entusiasmo inicial del petrismo. Esto pone a Cepeda en el ojo del huracán desde el arranque: ¿éxito relativo o fracaso simbólico? Analistas de El Tiempo debaten si estos números reflejan fatiga gubernamental o un padrón más selectivo, pero el contraste con el "boom" de Petro aviva narrativas opositoras sobre una izquierda en declive.
A las dudas numéricas se suman quejas operativas: la Procuraduría Nacional reportó 498 denuncias por presuntas irregularidades en el proceso, desde fallos en mesas hasta presiones a votantes. Incluso Cepeda, el triunfador, denunció "inconsistencias e irregularidades" por parte de la Registraduría, exigiendo una revisión exhaustiva. En X (antes Twitter), el descontento bulló con hilos virales sobre supuestos fraudes en regiones como Antioquia y el Eje Cafetero, donde usuarios compartieron videos de colas eternas y votos "fantasma", generando hashtags como #FraudePactoHistórico que acumularon miles de interacciones. Críticos como los de La Silla Vacía advierten que estas sombras podrían erosionar la legitimidad de la consulta, especialmente si no se traduce en unidad frente a una derecha fortalecida por los tropiezos de Petro. ¿Podrá Cepeda capitalizar el "efecto Petro" sin heredar sus cargas, o estas grietas lo hundirán antes de empezar?

Las sombras de Petro: La Lista Clinton, el escándalo de la Primera Dama separada y el bloqueo bancario que indigna al presidente
Mientras Colombia y Argentina celebran (o cuestionan) sus urnas, el epicentro del ruido está en Bogotá. Hace apenas dos días, el 24 de octubre, el Departamento del Tesoro de EE.UU. incluyó a Gustavo Petro y varios familiares —incluyendo a su esposa Verónica Alcocer y allegados como su hijo Nicolás— en la infame "Lista Clinton", un registro de sanciones de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros) tradicionalmente ligado a narcotráfico y lavado de activos. Petro se convierte así en el primer presidente colombiano en figurar en esta lista, avivando especulaciones sobre presiones geopolíticas de Washington, especialmente en medio de tensiones con el nuevo gobierno de Donald Trump, quien ha criticado abiertamente al mandatario colombiano.
Petro respondió con su estilo combativo: "No soy amigo de nadie que me amenace", tuiteó, desestimando las acusaciones como un "ataque ideológico" y llamando a manifestaciones en la Plaza Bolívar. Fuentes como El País señalan que la inclusión podría congelar activos en EE.UU. y complicar relaciones bilaterales, pero paradójicamente, los mercados colombianos reaccionaron con euforia: la Bolsa de Valores de Colombia rozó su récord histórico ese mismo viernes, interpretando el ruido como "ruido de fondo" en un contexto de estabilidad macro. Implicaciones mayores: esto debilita la imagen de Petro ante inversionistas extranjeros y podría radicalizar su base, pero también expone vulnerabilidades en su coalición, justo cuando Cepeda asume el timón —y con las quejas de la consulta fresca en la memoria.
El escándalo bancario derivado de la Lista Clinton ha escalado rápidamente, con bancos locales como BBVA y Bancolombia anunciando que bloquearán cuentas de Petro y su familia para cumplir con sanciones internacionales, pese a que una sentencia de la Corte Constitucional (SU-167/99) establece que la mera inclusión en la lista no implica bloqueo automático en Colombia, aunque permite a las entidades terminar relaciones contractuales por "causal objetiva". En una serie de posts en X este fin de semana, Petro se desahogó con indignación: "¿Los bancos de Colombia obedecen leyes de otro país y no las del nuestro? ¿Los bancos no tienen Patria?", cuestionó, recordando que paga religiosamente una hipoteca de 14 años —reestructurada tras un embargo previo por una multa de 100 millones de dólares impuesta en su contra—. "¿Será que condonan entonces mi deuda? O, ¿me tocará pagarla para que no embarguen el patrimonio familiar que aún queda, en efectivo porque el banco quizás me impida tener la cuenta donde guardan mi sueldo?", agregó, evocando una vida austera sin negocios, solo su salario público, y comparándose con un "oficial de Bolívar sin cuentas y libre".
Esta queja resalta la desconexión de Petro con el funcionamiento bancario: ignora que las entidades financieras colombianas están obligadas por ley a acatar sanciones de la OFAC para evitar multas millonarias y riesgos reputacionales, como lo han hecho globalmente en casos similares. Críticos ven en sus lamentos un doble estándar —el mismo presidente que promueve regulaciones estrictas contra el lavado de activos ahora se queja de su aplicación—, lo que alimenta percepciones de ingenuidad o hipocresía en un líder que, como oficial retirado, debería conocer los rigores de la burocracia internacional.
A esto se suma un escándalo doméstico que estalla hoy mismo: Petro confirmó públicamente que él y Verónica Alcocer están separados "hace años", aunque el vínculo legal persiste. "Lo que pasa en mi corazón es asunto mío", declaró, defendiendo a Alcocer de ataques en redes. Sin embargo, la revelación reaviva críticas por los gastos públicos que ella ha incurrido como Primera Dama: desde enero de 2024, su séquito y viajes —incluyendo una controvertida gira a Estocolmo por $112 millones de pesos— han costado al erario más de mil millones, según datos de La Silla Vacía. Opositores cuestionan: ¿es ético que una "ex" siga ejerciendo el rol con fondos estatales? Petro insiste en que no hay malversación y que las acusaciones son "persecución oligárquica", pero el debate sobre transparencia en la Casa de Nariño se intensifica, salpicando aún más la consulta de hoy.
Estas sombras no solo erosionan la credibilidad de Petro —cuya aprobación ronda el 35%—, sino que podrían salpicar la candidatura de Cepeda, forzando al Pacto Histórico a navegar entre defensa ideológica y demandas de rendición de cuentas.
Reflexión final: ¿Hacia una Sudamérica polarizada?
De Milei consolidando su libertarianismo en Argentina a Cepeda revitalizando (¿o tambaleando?) la izquierda colombiana, el 26 de octubre dibuja un mapa regional de contrastes: liberalismo ascendente versus progresismo en transición. Pero las turbulencias de Petro —desde la Lista Clinton hasta los gastos de Alcocer, pasando por las grietas en su consulta interna y sus quejas contra los bancos que cumplen la ley— recuerdan que el poder es frágil, y las urnas, solo el comienzo. En El Analista, seguiremos escudriñando estos cruces: ¿inspirará el triunfo de Milei réplicas en la región, o las controversias de Petro contagiarán a sus herederos?